El pasado jueves 3 de
octubre tuvo lugar en el Centro Cultural Santa Clara de Portugalete la
presentación del libro de Emma Crespo Nos
llamaron locas (y putas, y brujas). Vaya por delante que el libro, además
de ser una interesante reflexión sobre la feminidad, el
feminismo, el ser mujer en los tiempos que corren y también sobre la sociedad en
la que se encuadra hoy la condición (¿la condición?) de mujer, es un entramado
libresco tan poliédrico como mestizo y multifacético, una suma de textos que
van desde la reflexión pura y dura a la ficción, si nos atenemos a las
clasificaciones ordinarias.
Por ese mismo carácter del
libro hubo que darle a la presentación un tono que fuera acorde con esa
misma característica. Contamos para ello con la
música de Rober Portu, que fue la mejor forma de aportar al acto un ritmo
cálido y acogedor, sin duda una buenísima introducción para que las palabras, a
continuación, tejieran con sus significados y sus insinuaciones un ambiente de
complicidad entre quienes allí estábamos.
Y no cabe duda que Amaia Villa le dio
continuidad al tono de la música al leer, nada más acabar Rober Portu su primera
aportación, un párrafo del libro con que iniciar, ya sí, la presentación del
libro, que contó con Garazi Albisu como maestra de ceremonias.
A partir de allí se habló
del libro, se habló del feminismo y de la situación de la mujer, se habló de
las posibilidades en nuestra época a una verdadera emancipación de la mujer que
en realidad es una emancipación de toda la sociedad porque al final hacia donde
se camina es a una sociedad de personas en la que a cada cual se le valore por sí
misma, porque el objetivo es ese, una sociedad de personas libres e iguales.
Pero para llegar a esa meta hay que conocer la senda recorrida, en lo material
y en lo emocional.
Emma Crespo consiguió
transmitir durante los cuarenta minutos de diálogo no sólo el contenido del
libro, sino que nos trasladó también a ese recorrido vital colectivo y personal
descrito en cada una de las partes del texto, un recorrido que conlleva partir
de una historia –la misma historia que contiene su propio nombre– y alcanzar
las posibilidades que se nos abren en este presente donde todo sigue por hacer,
pero contamos ya con todo ese pasado como referencia. Y como el recorrido era
también personal, hubo que hablar de algunas de aquellas muñecas presentes en la
infancia, creadoras de imágenes e imaginerías.
Se dio un diálogo con
mucha complicidad, también cuando intervino parte del público. El acto terminó
como empezó en orden inverso, Amaia Villa leyó un cuento y Rober Portu nos
envolvió con su música.
Las fotos son de José Luís Gutiérrez Landa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario